Cierta vez, un espíritu alejado del mundo de los hombres soñó, como si fuese una revelación, los males que aquejaban a cada uno de esos pequeños mortales y, al despertar, consternado ante tal fantasía, le preguntó a sus dioses:
¿cómo han de sobrevivir frente a la intensidad de la carencia, la ilusión, el desamparo y la lentitud? La Deuda. ¿Acaso esa es su condena?
Y los dioses, al unísono respondieron:
“Doblegarse sobre sí mismo y encontrarán las respuestas.”
Ante tan pobre respuesta, el espíritu decidió robar aquellas imágenes y formular, encriptadamente, el Misterio, para que los hombres, al despertar, pronunciaran una única palabra: “La Boda.”
¿cómo han de sobrevivir frente a la intensidad de la carencia, la ilusión, el desamparo y la lentitud? La Deuda. ¿Acaso esa es su condena?
Y los dioses, al unísono respondieron:
“Doblegarse sobre sí mismo y encontrarán las respuestas.”
Ante tan pobre respuesta, el espíritu decidió robar aquellas imágenes y formular, encriptadamente, el Misterio, para que los hombres, al despertar, pronunciaran una única palabra: “La Boda.”

I. El Papiro mágico.

II. El Cielo Invertido

III. Las lágrimas que urgen desilusión.

IV. La Comunión.

V. La Ascensión.

VI. La idea macabra.

VII. El Entierro.

VIII. Panonios y su revelación incómoda. Atardecer.

IX. La Rosa Negra. Hambre.

X. El Demonio del Sueño

XI. El Milagro.

XII. Leucipo y su arpa de caracoles

XIII. La mujer que danza sobre su sombra de engaños

XIV. Panonios y su revelación incómoda

XV. El Cielo perdido.

XVI. La tempestad en los pensamientos.

XVII. Interconectividad en la mente de Shiva

XVIII. La desidia del hombre de fuego

XIX. El arpa que borda un secreto

XX. El Jardín que crece en el espíritu.

XXI. El abandono imaginario.